La retinopatía diabética es un factor de riesgo grave para cualquier persona que sufra de diabetes. Es una condición que daña la retina que afecta a más de 5 millones de estadounidenses mayores de 40 años y que ha causado que un tercio de los adultos mayores se vuelvan legalmente ciegos. Esta afección ocular realmente no ocurre hasta que el adulto mayor haya tenido diabetes durante más de 10 años, pero es importante que su ser querido se mantenga al día con sus exámenes oculares y físicos. Si su ser querido está recibiendo cuidado de tercera edad y usted es el principal cuidador familiar, puede ayudarles a llevar una vida más saludable a través de la dieta y el ejercicio, con la aprobación del médico. Sin embargo, si usted teme que su ser querido esté en riesgo de retinopatía diabética, saber la siguiente información le ayudará a determinar si tu viejito necesita atención médica.
Causas
Sólo porque alguien tenga diabetes no significa que esté condenado a tener retinopatía diabética. Simplemente controlando sus niveles de azúcar en la sangre y presión arterial detendrá el progreso de esta enfermedad ocular. La Academia Estadounidense de Oftalmología informó que cuanto más tiempo tenga un adulto mayor con diabetes, mayores serán sus probabilidades de tener retinopatía diabética en algún grado. Las personas mayores que nunca han sido diagnosticadas formalmente con diabetes tienen un 25 por ciento de probabilidades de quedar ciegas debido a la enfermedad. Otros factores de riesgo incluyen apnea del sueño, colesterol alto en la sangre y control deficiente de la enfermedad. Debido a que las personas mayores son más propensas a padecer diversas afecciones oculares, especialmente las que reciben atención domiciliaria por otros problemas de salud, concertar una cita con un oftalmólogo y someterse a exámenes oculares regulares podría ayudar a reducir las probabilidades de que su ser querido tenga un problema grave de la visión.
Síntomas
Cuando los siguientes síntomas son evidentes en un adulto mayor con diabetes, las probabilidades de tener esta afección ocular son bastante altas.
- Manchas en los ojos
- Se desarrolla un escotoma o sombra en su línea de visión
- La visión está distorsionada y/o borrosa
- Dolor en el ojo
- Visión doble
- Anomalías de la córnea, como heridas de curación lenta causadas por abrasiones de la córnea
- Cataratas
- La visión fluctúa
- Problemas de visión cercana no relacionados con otras enfermedades oculares
- Hinchazón, sangrado o fuga de líquidos de los vasos sanguíneos y depósitos que se encuentran en la retina
- Daño a los nervios que dificulta el control del movimiento ocular
Diagnóstico
Existen dos formas de retinopatía diabética que se pueden examinar a través de un examen de los ojos con dilatación de las pupilas:
Edema macular
Esta condición ocurre cuando los diminutos vasos sanguíneos de la retina tienen fugas. El líquido y la sangre se filtran de los vasos sanguíneos de la retina y exudan, o material graso, y se depositan directamente en la retina. Esto causa hinchazón en la retina, lo cual causará visión borrosa o reducida.
Retinopatía proliferativa y hemorragia vítrea
Cuando ocurre esta condición, comienzan a crecer vasos sanguíneos nuevos y anormales en la superficie de la retina. El glaucoma causará un aumento de la presión dentro del ojo si estos nuevos vasos sanguíneos crecen alrededor de la pupila. La pérdida grave de la visión o la ceguera pueden ser el resultado de esta enfermedad ocular si no se trata. Otros exámenes de diagnóstico que se pueden hacer son
Prueba de angiograma de fluoresceína
Se inyecta un agente de contraste o tinte en el brazo, el cual se puede ver a través de los vasos sanguíneos de la retina. Este examen puede ayudar a determinar si algún vaso sanguíneo está goteando.
Tomografía de coherencia ocular (TCO)
Se utiliza una luz para reflejar las diferentes capas de la retina y producirá una imagen transversal de la retina. Ayudará a determinar si hay áreas en la retina que estén llenas de líquido. Para ayudar a su ser querido que envejece y que está recibiendo cuidados de la tercera edad a preservar la vista, aliéntelo a controlar adecuadamente su diabetes y a ver a un oftalmólogo una o dos veces al año para detectar la retinopatía diabética antes de que sea demasiado tarde.