¿Cuáles son los mejores tratamientos recomendados para ayudar a las personas mayores con problemas de control de la vejiga?
Querido Lector, La incontinencia es muy común en los adultos mayores. Según los CDC, más de la mitad de las mujeres y el 30 por ciento de los hombres de 65 años de edad y mayores están afectados por ella. Afortunadamente, hay una amplia variedad de opciones de tratamiento que pueden ayudar, así como un número de almohadillas absorbentes o ropa interior que usted podría usar para protegerse contra las fugas. Esto es lo que usted debe saber.
Ver al doctor
Si tiene una fuga inesperada (también conocida como incontinencia de esfuerzo) o a veces tiene un impulso tan fuerte de orinar (incontinencia de urgencia) que teme no llegar a tiempo al baño, su primer paso es concertar una cita con su médico de atención primaria, o ver a un ginecólogo, urólogo o uroginecólogo. Un médico puede determinar si un efecto secundario de un medicamento o una afección como la diabetes o una infección del tracto urinario podrían estar causando un escape de orina. También pueden establecerle un plan de tratamiento. Dependiendo de la razón o del tipo de incontinencia que tenga, aquí tiene algunas opciones de tratamiento comunes.
Terapias no farmacológicas
Hay una serie de ejercicios, técnicas de entrenamiento de la vejiga y estrategias de estilo de vida que deben ser la primera línea de tratamiento. Los ejercicios de Kegel (apretar y relajar repetidamente los músculos que detienen el flujo de orina para fortalecerlos) son especialmente útiles para las mujeres con incontinencia urinaria de esfuerzo, o que gotean cuando ríen, tosen, estornudan, levantan objetos pesados o hacen ejercicio. El entrenamiento de la vejiga implica llevar un diario de la micción y los accidentes, y luego aumentar lentamente el tiempo entre las visitas al baño. Es más eficaz para las personas con incontinencia de urgencia. También hay varias estrategias de estilo de vida que pueden ayudar, como reducir el consumo de bebidas cafeinadas y alcohólicas, que hacen que los riñones produzcan más orina. Obtener suficiente fibra en la dieta para mantenerse regular, ya que el estreñimiento puede contribuir a la incontinencia. Perder peso si es apropiado, porque el exceso de peso ejerce presión sobre el abdomen y la vejiga, y tener sobrepeso también puede llevar a diabetes tipo 2, la cual causa daño a los nervios que controlan la vejiga. Y si usted fuma, deje de hacerlo, porque fumar lleva a un exceso de tos que puede causar fuga de orina.
Medicamentos
Varios medicamentos están aprobados para la incontinencia de urgencia (o vejiga hiperactiva), como mirabegron (Myrbetriq), oxibutinina (Ditropan XL y genérico), solifenacina (Vesicare), y tolterodina (Detrol y genérico). Aunque los tratamientos farmacológicos son eficaces para muchas personas, también debe saber que más de la mitad de las personas que toman medicamentos para la incontinencia dejan de tomarlos en un plazo de seis meses debido a efectos secundarios como estreñimiento, somnolencia, sequedad bucal, visión borrosa y mareos. Las inyecciones de Botox en el músculo de la vejiga también están aprobadas para esta condición y pueden reducir la necesidad de orinar. Por lo general, esto se prescribe a las personas sólo si otros medicamentos de primera línea no han tenido éxito. Los medicamentos sólo deben ser considerados para aquellos que continúan teniendo síntomas molestos a pesar de haber intentado cambios en el estilo de vida y ejercicios de terapia.
Estimulación eléctrica
Las descargas eléctricas leves a los nervios de la parte baja de la espalda o del área pélvica pueden estimular y fortalecer los músculos que están involucrados en la micción. Esto puede ayudar tanto con la incontinencia de urgencia como con la de esfuerzo, pero requiere múltiples tratamientos durante muchas semanas.
Cirugía
Existen varios procedimientos quirúrgicos disponibles para la incontinencia urinaria de esfuerzo. La más común es la cirugía con cabestrillo, en la que se implantan tiras de malla sintética para sostener la uretra. Esta cirugía es muy efectiva en la mayoría de los pacientes, pero debe ser el último recurso.