Las personas mayores de hoy en día son más propensas que las generaciones anteriores a desarrollar cáncer de piel. El riesgo es mayor porque durante sus años de juventud el público no tenía la misma conciencia del daño que el sol (y las cámaras de bronceado) puede hacer a la piel. Según la Sociedad Americana del Cáncer, el cáncer de piel es el tipo más común de cáncer, y afecta a casi 2,2 millones de estadounidenses. La piel cambia a lo largo de la vida, desarrollando nuevos lunares hasta los 40 años. A medida que envejecemos, se producen otras alteraciones relacionadas con la edad, como arrugas, manchas de envejecimiento y flacidez. Estos cambios son naturales y previsibles. Sin embargo, si usted nota los siguientes cambios, debe hacerse revisar la piel por un médico:
- Cambio en el tamaño, color o forma de un lunar existente
- Bordes irregulares en un lunar que no existía antes
- Un lunar que se eleva
- Parches escamosos, con comezón, sanguinolentos o con goteo en la piel
- Cualquier mancha extraña
Para ayudar a prevenir cualquier daño adicional en la piel, asegúrese de usar bloqueador solar, usar protectores adecuados (como sombreros y gafas de sol) y buscar sombra de la luz solar directa. Además, las personas de la tercera edad deben ver a sus médicos para que les hagan exámenes regulares de cáncer de piel. Un nuevo estudio de la American Cancer Society's peer-reviewed journal encontró que un régimen de aspirina u otros medicamentos antiinflamatorios no esteroides (NSAID) puede disminuir el riesgo de una persona de desarrollar cáncer de piel.