La eliminación involuntaria de la orina, un problema más conocido como incontinencia urinaria, deja no sólo al individuo en situaciones embarazosas sino que también afecta su salud sexual. Un nuevo estudio, publicado en la revista BJU International, mostró que las mujeres con incontinencia urinaria reportaron disminuciones en la actividad sexual y la excitación en el último año. También expresaron una preocupación creciente sobre la frecuencia de la actividad sexual y la capacidad de excitarse sexualmente. Los hombres con la enfermedad también reportaron una disminución en el deseo sexual, dificultad en la erección y el orgasmo, y preocupación por estas funciones sexuales. El estudio incluyó información de 3,805 individuos ELSA (Longitudinal English Ageing Study), un panel representativo de la población británica sobre el envejecimiento, la jubilación y la salud en hombres y mujeres de mediana edad y adultos mayores. En los resultados, el 20% de las mujeres y el 7% de los hombres informaron haber sufrido incontinencia urinaria en los últimos 12 meses. Las gotitas de orina salen sin previo aviso, independientemente de la edad, pero son más frecuentes en las mujeres, por la anatomía del propio cuerpo y los procedimientos ginecológicos, como el parto. Dada la incidencia relativamente alta de incontinencia, sobre todo entre las mujeres, los profesionales de la salud deben ser conscientes de los posibles impactos sobre la calidad de vida y el bienestar, y reconocer que la actividad sexual y la satisfacción sexual son factores clave en esta ecuación, señaló David Lee, de la Universidad Metropolitana de Manchester (Reino Unido) y autor principal del estudio. Tanto la incontinencia urinaria como la sexualidad de la vejez siguen siendo tabú.
Edad vs deseo sexual
Según el autor del estudio, la incontinencia es un tabú tanto como la sexualidad en la mediana edad y la vejez. Nuestros hallazgos destacan los fuertes vínculos entre la incontinencia urinaria y una serie de resultados negativos en relación con la salud sexual. Tanto la incontinencia urinaria como la sexualidad en los adultos mayores siguen siendo tabúes en la sociedad y probablemente no se reportarán como problemas de salud coexistentes, señaló Lee. Otro estudio, sin embargo, mostró que aceptar que el sexo cambiará con el paso de los años hace que las mujeres sean más capaces de lidiar con las dificultades del deseo sexual. Las investigaciones realizadas por científicos de la Universidad de Waterloo, en Canadá, sugieren que las mujeres que ven su deseo como variable y se consideran más propensas a tener problemas con él, tienen menos probabilidades de comportarse negativamente, ignorando o evitando el problema sexual. Las mujeres que creen que los niveles de deseo sexual siguen siendo los mismos pueden sentir que los desafíos como la libido baja son imposibles de superar y por lo tanto intentan evitar o ignorar el problema, señaló Siobhan Sutherland, autora principal del estudio. De esta manera, disfrutan menos del acto sexual.