Las personas mayores pueden decidir sobre su salud, ver cuando la familia debe interferir

La historia es común y se repite al final de la vida de muchas personas, los viejitos comienzan a perder su vitalidad y, a regañadientes, terminan yendo a vivir con otro pariente o incluso a un asilo de adultos mayores. En un escenario más severo, tiene una complicación repentina de salud y las entidades necesitan decidir si será intubado, ir a la UCI o pasar por una cirugía complicada y resultados inciertos. Las decisiones mencionadas anteriormente son difíciles, y lo más probable es que te encuentres con situaciones similares en algún momento de tu vida, ya sea en los zapatos del que tiene que tomar la decisión o en los zapatos del propio viejito. Y aquí es fundamental decir que si la persona con edad avanzada tiene sus habilidades cognitivas preservadas, debe participar en los pasos que conciernen a su propia vida . Es común que veamos esto en el hospital, los miembros de la familia comienzan a tomar decisiones frente a los viejitos incluso antes de que sepan lo que está sucediendo con su salud, dice Henry Porta Hirschfeld, médico geriatra del hospital Beneficencia Portuguesa (SP). Y, según el especialista, en estos momentos, es esencial que el profesional explique lo que está sucediendo y diga cuáles son los siguientes pasos y alternativas a seguir. Existe un estereotipo y un prejuicio hacia la persona mayor. Algunos miembros de la familia sienten que no son capaces de tomar decisiones por sí mismos. Para el especialista, la función de los parientes cercanos en este momento es garantizar que las personas mayores comprendan plenamente su estado de salud. La familia tiene que estar de su lado para que su voluntad prevalezca. Envejecer no significa perder la autonomía y la capacidad de tomar decisiones, dice.

Relación médico-paciente

En momentos como éste, el profesional debe exponer al paciente a lo que está sucediendo. Una buena conducta es preguntar si a los viejitos les gustaría saber todo lo que está sucediendo o sólo detalles superficiales. Tiene paciente que no quiere ocultar la información, pero tiene otros que dicen que no les importa nada y piden hablar con familiares. Dicen que decidirán la mejor manera, añade Hirschfeld. En otras palabras, son los propios viejitos quienes deben decidir, aunque no quieran tomar decisiones.

El documento puede asegurar la voluntad de los ancianos

Una resolución del 2012 CFM (Consejo Federal de Medicina) permite a las personas mayores de 18 años escribir una Directiva Anticipada de Voluntad, indicando a qué atención médica desean ser sometidos o cómo desean ser tratados al final de la vida. Según Renato Bandeira de Mello, geriatra y director científico de la SBGG (Sociedad Brasileña de Geriatría y Gerontología), no es necesario registrar el documento en una notaría, pero la persona puede hacerlo si siente la necesidad. No tiene un modelo preestablecido del documento, puede ser una declaración formal o informal, que expresa el deseo del individuo de su propio futuro. Pero es importante dejar una copia con el médico o pariente de confianza, explica Mello. Si el viejito no ha dejado un documento de este tipo, Leonardo Piovesan, geriatra del Hospital Alemán Oswaldo Cruz (SP), agrega que los familiares deben considerar si el viejito tiene una enfermedad incurable y si debe seguir un tratamiento paliativo o más agresivo. Es importante evaluar si el daño de la intervención será mayor que el beneficio. Algunos procedimientos invasivos sólo prolongan la vida artificialmente.

¿Cuándo debería intervenir realmente el familiar?

Cuando los adultos mayores ya no pueden tener autonomía en la vida cotidiana ni capacidad cognitiva para tomar decisiones, la elección debe ser hecha por la familia, pero siempre teniendo en cuenta cuál sería su verdadera voluntad. O, al menos, tratando de asegurar que se cumpla lo más cercano a ella. Los conflictos comienzan a surgir cuando los viejitos se vuelven propensos a los accidentes o a los problemas económicos. Los parientes más cercanos tienden a buscar intervenciones sobre la autonomía de las personas mayores y esto generalmente genera discusiones, especialmente cuando las personas mayores entienden que todavía son capaces de tomar decisiones. En este momento, es importante evaluar con calma el escenario y las alternativas, vivir con otro miembro de la familia, ir a un hogar a largo plazo, contratar a alguien que ayude con las tareas diarias, dejar el trabajo para cuidar a los viejitos. Estas son algunas opciones. Y recuerda, un día la historia puede repetirse contigo. Entonces, ¿cómo te gustaría que te trataran?

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